Cómo empeorar la crisis climática: una historia de NFTs, cadena de bloques y compensaciones de carbono del Proyecto REDD en Concesiones de Castaña en Madre de Dios, Perú

REDD-Monitor
12 min readDec 8, 2021

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Por Chris Lang, REDD-Monitor, publicado en inglés el 23 de abril de 2021

Los tokens no fungibles (NFT por su sigla en inglés, o nifties) llegaron a los titulares el mes pasado cuando Mike Winkelman vendió un NFT de una obra de arte digital por 69 millones de dólares en la casa de subasta Christie’s. Beeple, como se llama a sí mismo Winkelman, hace una obra de arte digital todos los días. Pueden verlas en su cuenta de Instagram, donde tiene 2,1 millones de seguidores.

La obra de Beeple de 69 millones de dólares es un collage llamado “Todos los días: los primeros 5.000 días”. Es un collage de 5.000 de sus obras de arte digitales. Vignesh Sundaresan, un emprendedor de cadena de bloques (blockchain) con sede en Singapur, quien usa el seudónimo MetaKovan, compró el NFT, que es básicamente un archivo digital.

¿Qué es un “nifty”?

La página “Nifty Gateway”, que se describe a sí misma como el “mercado principal para Nifties”, tiene una sección con el título “¿Qué es un Nifty?”:

Hace tiempo que existen los ítems digitales. Por ejemplo, una piel en Fortnite, o una espada en World of Warcrat, o un Neopet.

Si les pasa como a mí, que no tienen ni idea de lo que es una piel en el videojuego Fortnite, o una espada en el videojuego también World of Warcraft o un Neopet, eso no ayuda mucho.

Si bien la página web de Nifty Gateway no es muy útil para explicar qué es un NFT, vale la pena hacer un breve desvío para adentrarnos en el trasfondo de esta empresa.

En noviembre de 2019, una empresa llamada Gemini Trust Co. compró una empresa startup (emergente) llamada Nifty Gateway. Gemini Trust está dirigida por los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss.

Quizás recuerden a los gemelos Winklevoss de la película “La red social”. Eran amigos de Mark Zuckerberg en Harvard. En 2004 demandaron a Zuckerberg, alegando que les robó su idea para Facebook. En 2008 los gemelos ganaron un acuerdo de 65 millones de dólares en efectivo y acciones en Facebook.

Invirtieron parte del dinero en Bitcoin –en ese entonces, Bitcoin valía alrededor de 8 dólares.

Volviendo a los NFT… La página web The Verge tiene una página explicativa sobre los NFT. Éstos son los aspectos más destacados. No fungible significa que es único y no puede ser reemplazado por otra cosa. Los NFT son un poco como figuritas coleccionables de fútbol. O sellos.

La mayoría de los NFT son parte de la cadena de bloques Ethereum. Ethereum es una criptomoneda, una moneda digital o virtual, como Bitcoin. Una cadena de bloques es una base de datos digital, descentralizada e inalterable. Es un libro contable digital de cada transacción que se realiza en una red. Los datos se almacenan como bloques cifrados y cada bloque está vinculado criptográficamente a todos los bloques anteriores.

(Si esto resulta confuso, pido disculpas. La página (en inglés) de Investopedia, “Blockchain Explained” –explicación de la cadena de bloques–, podría ayudar).

Nifties y cambio climático

Uno de los problemas de todo esto es que Ethereum, al igual que Bitcoin, depende del uso de grandes cantidades de energía. Ningún tercero, tal como un banco, supervisa las transacciones, por lo que las criptomonedas utilizan el “sistema de prueba de trabajo” (PoW, por su sigla en inglés) como sistema de seguridad.

Resolver un acertijo matemático del sistema de prueba de trabajo significa generar un número aleatorio y esperar que coincida con los criterios establecidos por el protocolo. Si no coincide, se repite el proceso. Y así sucesivamente. Una vez que se resuelve el acertijo, el “minero” (quien está detrás de una computadora que funciona las 24 horas al día todos los días) agrega un nuevo “bloque” de transacciones verificadas en la cadena de bloques. El minero es recompensado con tokens criptográficos.

El artista digital Memo Akten explica lo ridículo que es todo esto:

Por esta razón, hay un sinfín de computadoras ubicadas por todo el mundo en gigantescos centros de datos como granjas mineras, sin hacer nada más que generar números aleatorios todo el día todos los días, con la esperanza de recompensar a sus propietarios con la cosecha de recompensas.

La ineficiencia y el consumo de energía es algo deliberado. El sistema de seguridad es simple. Se necesitan enormes cantidades de energía informática y de electricidad para escribir la cadena de bloques, por lo que no es rentable estafar a la red.

El nivel de dificultad de la minería (es decir, del proceso de validación de las nuevas entradas) aumenta con el tiempo a medida que hay más computadoras mineras (“plataformas”) que compiten para resolver el acertijo matemático del sistema de Prueba de Trabajo. Como resultado, Ethereum genera tantas emisiones de gases de efecto invernadero como Croacia.

La página web digiconomist.net calcula que una sola transacción de Ethereum emite el mismo volumen de CO2 que 77.328 transacciones de VISA. Bitcoin es aún peor. Una sola transacción de Bitcoin emite tanto CO2 como 951.473 transacciones de VISA.

Cada transacción de NFT que utilice Ethereum es responsable de parte del CO2 generado por los mineros.

En diciembre de 2020, Memo Akten creó una página web (cryptoart.wtf) que calculó la huella de carbono de NFTs individuales. Akten analizó alrededor de 80.000 transacciones relacionadas con 18.000 NFTs y descubrió que el NFT promedio emite el equivalente a más de un mes de electricidad de alguien que vive en la Unión Europea.

En los últimos meses, Akten ha escrito una serie de artículos sobre NFTs y criptoarte desde una perspectiva ecológica. Vale la pena leerlos.

Compensaciones de carbono

La respuesta a la enorme contaminación de las transacciones de cadena de bloques es tan predecible como peligrosa: compensaciones de carbono.

A fines de marzo de 2021, el mercado de NFTs Nifty Gateway publicó un comunicado de prensa que reconoce “la creciente preocupación de algunos con respecto a la huella de carbono del movimiento de NFTs”.

Nifty Gateway anunció que “se compromete a convertirse en una plataforma carbono negativa”. Lo hará estimando “el total de nuestra huella de carbono a lo largo del tiempo” y al final de cada mes comprará compensaciones por el doble de la cantidad de la huella de carbono derivada de las transacciones de cadena de bloques. “[E]n teoría, Nifty Gateway se convertirá en un eliminador neto de carbono”, afirma la empresa.

Los cálculos de Nifty Gateway se basan en una calculadora de código abierto llamada cryptoart-footprint creada por Kyle McDonald, artista y codificador. McDonald declaró a la página web de arte Hyperallergic que sus cálculos siguen procesándose.

“Dependiendo de detalles técnicos como las fuentes de energía de las granjas mineras, y de cuestiones filosóficas como el tema de cómo asignar la responsabilidad, mis números podrían estar sobreestimados o subestimados por 2x”.

Del 20 al 22 de marzo de 2021, una semana antes del anuncio acerca de convertirse en “carbono negativo”, Nifty Gateway llevó a cabo una subasta de ocho NFTs.

Se planeó que fueran nueve NFTs, pero una de las artistas, Joanie Lemercier, se retiró debido a que Nifty Gateway no se hizo cargo del impacto climático de su plataforma de NFTs antes de llevar a cabo la subasta.

La subasta, llamada #CarbonDrop, recaudó 6,6 millones de dólares para la Fundación Open Earth, una organización que utiliza “tecnologías digitales de vanguardia y colaboraciones de múltiples partes interesadas para promover plataformas de código abierto que ayuden a aumentar la resiliencia del planeta”.

Seis millones de dólares provienen de Justin Sun, el fundador de la criptomoneda TRON. Sun compró el NFT a “Oceans Front”. También resulta ser una de las 5.000 obras de arte incluidas en el NFT “Todos los días”, vendido por 69 millones de dólares en la subasta de Christie’s. “A fin de cuentas, si alguien te paga por algo, entonces puedes venderlo”, dice Winkelman.

En un video sobre el evento CarbonDrop, Martin Weinstein de Open Earth Foundation explica que,

“Las ganancias de esta subasta se destinan a un proyecto específico para diseñar y desarrollar lo que podría describirse como una Internet climática para el mundo, un sistema en el que todos en todo el mundo pueden brindar transparencia y hacerse responsables sobre sus acciones y el impacto climático que causan”.

Al comienzo del video, Jehan Chu de Social Alpha Foundation declara:

“Social Alpha se complace en auspiciar esta recaudación de fondos para Open Earth y presenta a CarbonDrop para combatir el cambio climático a través de la contabilidad de créditos de carbono”.

Ughhh. Dejar los combustibles fósiles en el subsuelo es lo que resolverá la crisis climática. Si hay algo que está garantizado que empeorará la crisis es la “contabilidad de créditos de carbono”:

Josh Bijack, de Render Token y Gerente de Tecnología de Creol, dice:

“Así que básicamente dimos un paso al frente y dijimos: Muy bien, compensaremos 500 toneladas de carbono de todo esto. Totalmente medido, totalmente verificado y totalmente auditado”.

El concepto de que las compensaciones de carbono son NFTs es desconcertante. Las compensaciones de carbono existen para permitir que continúen las emisiones de gases de efecto invernadero mientras intentan engañarnos para que pensemos que se está haciendo algo para resolver el cambio climático. Convertir una compensación de carbono en un NFT significa que, además de ser una distracción peligrosa de la necesidad de reducir en serio las emisiones, la compensación en sí misma se convierte en una fuente de emisiones.

Proyecto REDD en Concesiones de Castaña en Madre de Dios, Perú

Creol, según la página web carbondrop.art, compró créditos de carbono del Proyecto REDD en Concesiones de Castaña en Madre de Dios. Se trata de un proyecto REDD creado por Bosques Amazónicos SAC (BAM) e implementado por la Federación Departamental de Productores de Castañas de Madre de Dios (FEPROCAMD).

BAM es una empresa de servicios forestales y ambientales registrada en Perú en 2004 (en octubre de 2013, el director de BAM, Jorge Cantuarias, también registró en el Reino Unido una empresa llamada Bosques Amazonicos Ltd. Esta empresa se disolvió el 15 de julio de 2014).

En 2009, BAM firmó un contrato con FEPROCAMD en virtud del cual BAM brinda apoyo técnico y financiero a los productores de castañas, y BAM obtiene derechos de carbono sobre las concesiones de castañas.

VCS validó el proyecto en 2012, y en 2014 la Alianza para el Clima, la Comunidad y la Biodiversidad (CCBA, por su sigla en inglés) lo certificó. Se supone que la certificación CCBA demuestra que los proyectos mejoran el bienestar de las comunidades locales y conservan la biodiversidad. De la página web de Verra surge que la certificación CCBA caducó y no se ha renovado.

El proyecto abarca casi 300.000 hectáreas, y consta de unas 400 concesiones de castaña. Estas concesiones van desde 300 a 1.000 hectáreas cada una, y se otorgan a través de contratos de 40 años con el gobierno peruano. Según las reglas de concesión, las familias que poseen concesiones pueden cosechar castañas y extraer madera de manera “sostenible”, una vez que hayan completado la documentación pertinente.

Utilizando imágenes satelitales Landsat de 2000, 2005 y 2008, BAM calculó que en el área del proyecto se perdería un 1,23% de bosques cada año. Según el modelo de BAM, de no aplicarse el proyecto, a lo largo de los 31 años del período de acreditación del proyecto se destruirían algo más de 100.000 hectáreas de bosque.

Pero esta medida de referencia en realidad es una hipótesis contraria a los hechos, uno de los problemas fundamentales de REDD. Es imposible verificar si ésta o cualquier otra medida de referencia es precisa o no. Y, sin embargo, esa medida de referencia se utiliza para calcular cuántos créditos de carbono del proyecto pueden venderse. Cualquier deforestación por debajo de la estimación de la medida de referencia cuenta como “deforestación evitada”. Como señala Larry Lohmann, escritor y activista de The Corner House,

[E]l problema no son las “malas medidas de referencia”, sino el propio concepto de medidas de referencia contrarias a los hechos. Esa realidad va más allá que invalidar cualquier proyecto REDD en particular. Invalida todo REDD (y todas las demás compensaciones) en su conjunto.

Pero en el estrafalario mundo de REDD, los documentos del proyecto de BAM argumentan que durante 31 años el proyecto de castañas generaría casi 65 millones de créditos de carbono, o alrededor de 2 millones por año.

Los documentos del proyecto incluyen el objetivo de que “Para el séptimo año de vida del proyecto, la deforestación será mínima o incluso cero”. Esto no ha sucedido, como lo revelan estas capturas de pantalla: la primera imagen muestra el área del proyecto a partir de los propios documentos del proyecto de BAM, y debajo está la pérdida de árboles entre 2017 y 2020, registrada por Global Forest Watch:

El color rosado representa la pérdida de cobertura forestal entre 2017 y 2020. Y estas capturas de pantalla de los mapas de Google revelan que, si bien la peor deforestación está en los alrededores de la carretera Interoceánica, para nada termina allí. La gran mayoría del área del proyecto permanece cubierta de bosques, pero hay signos preocupantes de actividades de tala y minería dentro y alrededor del área del proyecto.

Si bien las emisiones de la minería de criptomonedas, la creación de NFTs y las transacciones en cadenas de bloques permanecerán en la atmósfera durante cientos de años, los bosques que supuestamente compensan estas emisiones parecen cada vez más frágiles:

Entre octubre de 2011 y enero de 2012, el Centro de Investigaciones Forestales Internacionales (CIFOR, por su sigla en inglés) llevó a cabo un estudio en Madre de Dios, enfocado en el análisis del proyecto REDD. Los investigadores de CIFOR informan que,

Uno de los mayores escollos que enfrenta la iniciativa es la falta de claridad en materia de derechos de tenencia de la tierra, y un ordenamiento territorial caótico, lo que resulta en la superposición de derechos sobre la tierra en la zona de la iniciativa.

También mencionan la reciente fiebre del oro en Madre de Dios. El proyecto REDD se encuentra al norte de la zona minera, pero “los encuestados comentaron de manera anecdótica que los concesionarios de castañas a menudo invitan ilegalmente a los mineros a sus concesiones por un porcentaje de sus ganancias”. CIFOR comenta que “BAM no considera que la escala de esta práctica sea una amenaza importante”.

Las ONG locales expresaron su preocupación por la extracción de madera dentro de las concesiones de castaña. La madera es casi tan rentable como la minería y “puede convertirse en una actividad de subsistencia potencialmente difícil de gestionar para BAM en el futuro”.

Los investigadores de CIFOR también señalan que de los 126 hogares que entrevistaron, solo el 62% dijo que conocía el proyecto REDD. A pesar de que BAM había realizado talleres y sesiones de capacitación, las ONG locales eran la principal fuente de información de los hogares acerca del proyecto REDD.

CIFOR concluye que,

La iniciativa también puede proporcionar lecciones muy valiosas sobre la comunicación con las partes interesadas locales. BAM intentó llegar a la audiencia más amplia posible difundiendo información a través de varios medios. Sin embargo, a pesar de sus mejores esfuerzos, lo que surge es que la divulgación no siempre fue suficiente para evitar una sensación de incertidumbre y confusión. En última instancia, los productores de castaña han sido los beneficiarios de numerosos proyectos a corto plazo que arrojaron escasas mejoras sostenidas a su sustento en general. También han colaborado con varios investigadores que extrajeron información sin explicar adecuadamente el propósito de su trabajo. En consecuencia, se han vuelto escépticos con respecto a estos actores externos y su interés en nuevas iniciativas es bajo.

Esta publicación es parte de una serie de artículos de REDD-Monitor que analizan REDD y la injusticia ambiental en la Amazonía andina.

Traducción del original en inglés de Raquel Núñez Mutter, raquel.nunez.mutter@gmail.com

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